Judas Iscariote, el traidor, fue el hijo de Simón quien vivió en Kerioth de Judá. Él traicionó a Jesús por treinta piezas de plata y luego se ahorcó (Mateo 26: 14,16).
Judas, el hombre que llegó a ser el traidor, es el enigma supremo del Nuevo Testamento porque es muy duro ver como alguien que estuvo tan cerca de Jesús, que vio tantos milagros y oyó muchas de las enseñanzas del Maestro pudo entregarlo en mano de sus enemigos.
Su nombre aparece in tres listas de los 12 Apóstoles (Mateo 10:4; Marcos 3:19; Lucas 6:19). Se dice que Judas vino de Judá, cerca de Jericó. El era un judío y el resto de los discípulos eran Galileos. Era el tesorero del grupo y estaba entre los que lideraban conversaciones.
Se dice que Judas era un judío nacionalista violento que siguió a Jesús con la esperanza de que a través de Él sus sueños y su llama nacionalistas pudieran ser realizados. Nadie puede negar que Judas fuera un hombre codicioso y a veces usó su posición como tesorero del grupo para tomar dinero del monedero común.
No hay una razón cierta de por qué Judas traicionó a su maestro, pero no fue su traición lo que colocó a Jesús en la cruz, sino nuestros pecados.
Su símbolo apostólico es el lazo corredizo de una horca, o una bolsita de dinero con piezas de plata cayéndose de él