Con el agua hasta el cuello, una mujer alabó a Dios en medio de su casa inundada. Con una fe inquebrantable cantó alabanzas a pesar de la destrucción que dejó la inundación. "Lo perdí todo, pero le doy gloria a Dios", enfatizó.
Doña Josélia, llamó la atención de Internet luego de que un video se volviera viral en las redes sociales que inspiró a miles de persona. Aunque sabía que lo había perdido todo en la inundación que asoló el estado de Pernambuco, Brasil, la mujer se mantuvo firme su fe en Dios.
En la grabación, la mujer aparece dirigiéndose a una hermana de su iglesia de nombre Telma, líder del círculo de oración de la denominación.
“¿Ves cómo está nuestra casa, hermana Telma? Pero todavía adoro al Señor. Si todo es difícil, adorad al Señor, incluso en la dificultad y el dolor alabadlo, ¿ya le adoró?”, dice doña Josélia.
En un momento dado, la cristiana parece mezclar el llanto con la sonrisa, como llevada por el Espíritu Santo, decide transformar su momento de lucha en un testimonio de fe y perseverancia para todos los que la rodean.
'Hay que reír, hermana Telma y dar gloria a Dios', dice, mientras camina en el agua. Glorificando y hablando, Doña Josélia incluso citó el Salmo 125, diciendo que el pasaje le dio fuerzas para enfrentar la prueba.
“Paso la prueba dando gloria a Dios. Lo perdimos todo, hermana Telma, pero aun así le doy gloria a Dios. Le doy gracias a Dios por todo. Merece gloria, alabanza”, dice la hermana en Cristo.
“Estoy apegado a este salmo: Salmo 125, los que confían en el Señor serán como los montes de Sion que no pueden ser sacudidos, sino que permanecerán para siempre. Esta agua no hará temblar mi fe”, añade Josélia.
De hecho, el testimonio de la mujer terminó en la prensa local. Concedió una entrevista a TV Jornal, donde reafirmó su compromiso con Dios, explicando que lo más importante de su vida estaba preservado: ¡su familia!
“Alabo a Dios, porque más bien [perder] cosas que mis hijos, mi familia, mi nieto… Gracias a Dios están todos bien. Tengo mil razones para agradecer a Dios y alabarlo”, concluye doña Josélia.